El Instituto IMDEA Energía coordina un nuevo proyecto internacional innovador que busca abordar dos desafíos ambientales cruciales: la escasez mundial de agua dulce y la gestión de los subproductos de la industria láctea. El proyecto, conocido como WAVE (Bioconversión Circular de Aguas Lácteas a Bioplásticos), tiene como objetivo desarrollar un proceso integrado de biotecnologías microbianas para reutilizar y convertir las aguas residuales lácteas en nuevos bioplásticos.

Las industrias de leche y queso generan cada año enormes volúmenes de aguas residuales que requieren tratamientos específicos y costosos. WAVE propone convertir esta dificultad en una oportunidad revalorizando toda la fracción para obtener agua limpia apta para riego y materiales bioplásticos de nueva generación contribuyendo directamente a aliviar la presión sobre las reservas de agua dulce y promoviendo la circularidad en la gestión de recursos hídricos.

En palabras de Elia Tomás Pejó, jefa de la Unidad de Procesos Biotecnológicos de IMDEA Energía y coordinadora del proyecto, “WAVE representa una oportunidad única para transformar un problema ambiental en una fuente de recursos valiosos. Nuestro objetivo es demostrar que el tratamiento de aguas residuales lácteas puede ir más allá de la depuración convencional, convirtiéndose en un motor para la producción de bioplásticos sostenibles y agua reutilizable”.

Un proceso innovador, de suero a materiales de alto valor

El procedimiento previsto comienza con la generación de ácidos grasos de cadena corta mediante fermentación anaerobia. Estos ácidos actúan después como base para que levaduras no convencionales produzcan proteínas unicelulares, que más tarde se emplean para la creación de nuevos materiales bioplásticos. En esta última etapa se estudian las propiedades de las proteínas obtenidas a partir de cepas de Debaryomyces -un tipo de levadura- para diseñar bioplásticos capaces de sustituir alternativas tradicionales derivadas del petróleo.

Esta cadena de conversión combina biotecnología y ciencia de materiales en un proceso único que permite obtener resultados esenciales. Por una parte, un agua tratada con baja salinidad adecuada para el riego de espacios verdes urbanos. Por otra, bioplásticos sostenibles que pueden abrir nuevas oportunidades industriales. El proyecto analizará cuidadosamente la calidad y el potencial de ambos productos con el fin de demostrar la viabilidad de un modelo circular que revaloriza por completo las corrientes residuales.

Colaboración internacional y financiación estratégica

El éxito del proyecto WAVE está garantizado por un consorcio multidisciplinar que posee gran experiencia en el desarrollo de soluciones innovadoras en campos complementarios como la química, la ciencia de materiales, la biotecnología, la ingeniería y la economía.

Los investigadores e investigadoras de IMDEA Energía (España) trabajarán junto con la Technical University of Denmark (Dinamarca), la Universidad de Valladolid (España), KTH Royal Institute of Technology (Suecia), International Hellenic University (Grecia) y 21st BIO A/S (Dinamarca).

Respecto a la fortaleza del equipo Elia Tomás destaca que “el consorcio multidisciplinar es clave para alcanzar nuestros objetivos. Estamos convencidos de que la combinación de conocimientos en bioprocesos, materiales y modelización permitirá desarrollar tecnologías sólidas y transferibles al sector productivo”.

WAVE está financiado a través de la Unión Europea y el Ministerio de ciencia, Innovación y Universidades (MICIU) a través de la Agencia Estatal de Investigación (AEI), en el marco de la convocatoria Water4All 2024 Joint Transnational Call (CIRCECO-WATER4ALL-279 / PCI2025-167116-2).