La generación de combustibles verdes es hoy en día un tema de investigación fundamental asociado a la creciente demanda de energía.  Típicamente los combustibles solares más empleados están basados en hidrógeno, obtenido a partir del agua, y compuestos orgánicos de bajo peso molecular, como el etanol, a partir de CO2. Ambas pueden considerarse fuentes prácticamente inagotables de portadores energéticos y han mostrado su aplicación más explotada en el campo del transporte, con coches propulsados por hidrógeno o autobuses con etanol, pero también para la obtención de calor y electricidad.

La fotocatálisis, reacción fotoquímica que convierte la energía solar en energía química en la superficie de un catalizador, aparece como una vía prometedora para producir H2 sólo a partir del agua.

En este contexto, el Instituto IMDEA Energía ha logrado sintetizar y caracterizar un nuevo material fotocatalizador capaz de producir cantidades récord de hidrógeno para la generación de combustibles solares.

El material, denominado IEF-11, es una nueva red metal-orgánica (MOF, del inglés Metal-Organic Frameworks) a base de titanio con propiedades semiconductoras cruciales para llevar a cabo la transformación energética de la forma más eficientemente posible.  Con él, es posible producir cantidades récord de hidrógeno como combustible solar con los mayores rendimientos globales observados hasta el momento.

Además, en comparación con otros materiales similares, este no requiere de la presencia de otros catalizadores ni la adición de otros compuestos para favorecer la reacción. Otro aspecto destacable es su estabilidad térmica y reciclabilidad, ya que durante estos procesos el fotocatalizador puede verse dañado, disminuyendo la producción de hidrógeno tras varios ciclos consecutivos. Sin embargo, el IEF-11 ha mostrado ser estable hasta 300 ºC sin perder eficiencia incluso tras 10 ciclos de fotocatálisis, manteniendo su integridad y una excelente absorción de la radiación solar.

El material se preparó calentando una mezcla de precursores dispersos en un disolvente en un reactor cerrado utilizando un método de síntesis combinatoria. Debido a su naturaleza nanométrica, solo fue posible resolver su estructura cristalina mediante una combinación de técnicas no convencionales; concretamente, la técnica de difracción de electrones tridimensional (3DED) y la difracción de rayos X en polvo , utilizando radiación sincrotrón.  Además, se ha demostrado su extraordinaria estabilidad estructural y química en una amplia variedad de condiciones agresivas (pH, disolventes orgánicos e irradiación).

Teniendo en cuenta la versatilidad del diseño del material IEF-11, este podría servir como estructura modelo para el desarrollo de una serie de Ti-MOFs y para la obtención de una nueva generación de eficientes fotocatalizadores solares.